Andy Warhol |
Lucie Smith en su libro “Movimientos artísticos desde 1945” nos habla de como el mundo del arte ha cambiado drásticamente en los últimos tiempos. Se pasa de la idea de jerarquizar en base a fundamentos estéticos, a jerarquizar en base al contenido.
Para los primeros comentaristas modernistas el arte occidental era dinámico y el no occidental estático. Occidente reclamó una hegemonía universal en el arte.
En los últimos tiempos la rápida expansión de la tecnología y de los medios de comunicación han eliminado las barreras que quedaban entre las culturas. No obstante, las culturas no occidentales han deseado conservar aspectos importantes de sus propias tradiciones heredadas. En consecuencia las rígidas estructuras del arte modernista han empezado a romperse por dos razones:
- La cuestión total de la mezcla culturas produce sistemas de valores conflictivos.
- La enorme cantidad de información en la actualidad disponible para el crítico o historiador del modernismo.
Muchos de los artistas que se tratan en este libro se ven en términos estilísticos. Omitir la dimensión estilística sería una seria tergiversación de lo que ellos hicieron. Fueron herederos del cubismo. El cubismo redujo al mínimo el contenido para facilitar la exploración de un lenguaje visual. Un número de iniciativas artísticas posteriores a la II Guerra Mundial tienen el carácter de iniciativas estilíticas conscientes, estrechamente implicadas en una dialéctica de oposición a lo que había sucedido con anterioridad. Incluso aquellos que alguna vez reivindicaron ser aestilisticos tienen el carácter de movimiento artístico coherente.
El interés de los artistas del pop art por la nueva cultura de masas estuvo dirigido hacia su superficie brillante, sus métodos de presentación, mucho más que hacia cualquiera conceptos sociales, políticos e incluso morales que podrían deducirse de estos.
A mediados de los 60 la situación comenzó a cambiar. En EEUU los sucesores del pop art fueron el minimalismo y sus ramas, arte de la tierra y arte conceptual.
Estos desarrollos encontraron un paralelo en Europa. En 1962 tuvieron lugar los primeros conciertos de Fluxus. Algunas de sus raíces se encontraban en el movimiento Dadá original. También hubo conexiones entre los orígenes de Fluxus y las actividades del pop art de comienzos de la década de 1960.
La mayor parte del incentivo para Fluxus llegó desde fuera de los límites estrictos del mundo del arte. Había en ellos un elemento de crítica y provocación social, una determinación a hacer cambios en la propia sociedad. Un logro de Fluxus fue proporcionar una plataforma para las primeras actividades de Joseh Beuys.
Beuys se describía a sí mismo como escultor.
Los escultores modernistas más famosos de la época inmediatamente anterior a la suya, Brancusi, Arp, Giacometti, Marini, Moore, Hepworth, fueron en esencia humanistas. Su tema fue el género humano y su destino, y expresaron su preocupación por él mediante la creación de objetos que eran metáforas visuales.
Beuys tenía cada vez menos que ver con los objetos de esta clase. Tendió cada vez más a verse como un chamán moderno, que influía en el mundo alrededor de él por medio de la representación de rituales.
La relación de Picasso con la idea de estilo artístico fue extremadamente estrecha. A pesar de sus constantes cambios de estilo, sus temas fueron relativamente estables y tradicionales. Hacia el final de su carrera, la importancia de los criterios estilísticos en su obra aumentó más bien que disminuyó. Nunca desafía el contenido real. Lo que él rehace es el estilo del original, el cual transforma de manera que éste esté de acuerdo con su propia peculiaridad artística.
Beuys tendió cada vez más a separarse del proceso de la realización del arte, como esta había sido entendido. Los museos se convirtieron en plataformas desde las cuales Beuyis podía lanzar un programa político. Para él la política era ”escultura social”. Beuys abrió las puertas a una nueva percepción de la manera en que el arte funcionaba en la sociedad contemporánea. El arte se definía como la relación del artista con el mundo. Mostraba las deformaciones que tienen lugar cuando lo subjetivo afecta a lo objetivo y viceversa.
En el arte de los 70, 80 y 90, el contenido y la expresión están entrelazados. Un artista puede expresarse de muchas maneras diferentes. Esto explica el arte híbrido, heterogéneo, esencialmente aestilístico del periodo, lo que ha llevado al uso de la etiqueta de “pluralismo”. Gerhard Richter en lugar de avanzar en una serie de saltos estilísticos, como hizo Picasso, ha seguido diferentes maneras de trabajar a menudo simultáneamente. La obra de Signar Polke muestra la misma hostilidad hacia la idea del estilo fijo.
La popularidad de los environments e instalaciones y el performance art ha tendido a liberar a los artistas de los lazos estilísticos.
A partir de comienzos de la década de 1970, muchas obras de arte contemporáneas son cuantificables principalmente como gestos o indicadores sociales.
El arte, a pesar de todos los argumentos platónicos en contrario, es cada vez más lo que una sociedad dada decreta que sea. El ready-made, se convierte de inmediato en un auténtico objeto de arte sobre la base de su aceptación como tal. En consecuencia los criterios estilísticos se ponen inmediatamente en duda.
Hay otras fuerzas antiestilisticas a tener en cuenta: la proliferación de las ideas modernistas, los centros de actividad modernista. Puesto que la mayor parte del arte más nuevo está interesado por temas que tienen que ver con la identidad, con frecuencia es más fácil para el espectador o crítico enfocar la obra de arte mediante el contenido, fácilmente identificable, antes que mediante matices de estilo.
6 comentarios:
Interesantes estas reflexiones artísticas sobre el arte actual, así como esa comparación entre el arte de occidente y el de oriente, discutible en todo caso, pero parece un libro bastante interesante. Un cordial saludo, Ana.
No dudo, querida Ana, que el libro de Lucie Smith debe ser muy interesante. Seguramente yo soy un auténtico analfabeto artístico. Pero, pienso que, antes que por la inteligencia o por la razón, el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, expresa los sentimientos del autor, y penetra en nosotros, su público, a través de los sentidos, provocando sensaciones... Y creo no haber visto escritas las palabras "sentimiento", "sentido" o "sensación".
Dicho lo cual, para ti, Ana, una de mis artistas preferidas, todo mi afecto, que no sé si es sentimiento o pasión.
Gracias Paco Hidalgo. Este libro es muy interesante. Este primer capítulo es un tanto general. Pero los siguientes, que se centran en los movimientos artísticos más importantes, son mucho más instructivos. Los seguiré presentando. Un abrazo.
Paco Doña, gracias por tus palabras, sobre todo las últimas. Yo también pienso que el arte tiene que comunicar, y que nos llega al corazón. Pero en esta primera parte se trata sobre la importancia del estilo. El arte se puede analizar desde muchas perspectivas.
Un abrazo.
Aspectos interesantes, pero complicados y polémicos los que abordas. Para mí la obra de Arte tiene que tener todos esos ingredientes: estilo, mensaje, sentimiento y, aún más: una cierta capacidad dinámica que impida que se quede anticuada.
Pero hablar de ésto, es cosa de especialistas. He leído algunos libros, pero éste no: algún día lo remediaremos o, si no, tú te ecargarás de mostrarnos sus lineas generales. Con tu capacidad de expresión y de síntesis el resultado será, como el de hoy, muy interesante.
Un abrazo.
Mateo es interesante esa cualidad que dices debe tener el arte "una cierta capacidad dinámica que impida que se quede anticuada". Estoy muy de acuerdo contigo. Un abrazo
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